Ya tenemos embotelladas las nuevas añadas de Lágrima y Viognier. ¡Y este año como novedad, nuestro rosado es todavía de un rosa más pálido! Atrás quedaron los rosados oscuros con mucho cuerpo que nos recordaban a los tintos, robustos y potentes, provenientes del norte de España.
La tendencia actual, sobre todo en los países del norte de Europa, es la de consumir rosados de colores poco intensos, vivos y frescos. Donde el vino a pesar de ser rosado y elaborarse con uva tinta se parece más a un blanco que a un tinto. Aromáticos, agradables y fáciles de beber. Ideales para los largos aperitivos en la playa o un domingo de relax con amigos.
Esta tendencia en los vinos rosados proviene de los reputados vinos de la Provenza francesa, los denominados “piel de cebolla”, que tradicionalmente se han elaborado con estas características. Menos maceraciones, más frescura y más aromas. Una forma de elaborar a la que poco a poco el resto de las regiones elaboradoras hemos ido sucumbiendo.