Al llegar el mes de enero la viña ha perdido ya todas sus hojas. Con el frío la planta se encuentra en un periodo de parada vegetativa donde la savia ha dejado de circular en su interior, la planta está en letargo. No será hasta la primavera con los primeros días cálidos que iniciará a despertar.
Son estos meses de parada vegetativa, en los que menos daño se le hace a la planta, los que aprovechamos para realizar la poda.
La poda de invierno es la labor más importante que se realiza en el viñedo. Es imprescindible para controlar la planta, conseguir la calidad buscada, nos permite racionalizar el control de plagas y enfermedades, controlar el anticipo o retraso de la maduración, adecuar la vegetación al agua disponible, adaptación de la viña a las condiciones ecofisiológicas de la Serra de Tramuntana, entre otras.
Durante la poda se elimina el 85%-90% de la madera del año anterior. Es un trabajo que requiere conocimiento y precisión, realizado correctamente nos va a permitir formar adecuadamente las plantas aumentando su longevidad.